jueves, 17 de marzo de 2011

Mi titi Linda siempre en mi....

Hoy 17 de marzo.... no lo podré olvidar nunca...fue el día que nos dejastes, que te fuiste, aunque no querías...

Cada día te recordare, porque solo mueren las personas que quedan en el olvido, y sabes bien.. que fuiste una de esas personas que dejan una huella imborrable en nuestros corazones...

LLevo una marca desde que nací, una marca idencia a la que llevas tu en una parte de tu cuerpo... saque eso de tí...

Siempre recuerdo los días que pasas en casa, cuando yo era pequeña, siempre como el perro y el gato las dos... continuamente me decias, Sofía no dejes coger nervios a tu madre...

El lunes estubimos contigo, me invitaste a un café y te estuve contando mis cosas...

Titi... no me lo puedo creer...te vi... te vi fallecida, pero no lo puedo creer....me siento y no me siento, es imporible que no te vuelva a ver... Hoy te bese y no lo pusiste sentir... Y ahora qué? como afrontar todo... uno de los peores día de mi vida... y se que me quedaran más...eras, eres y seguiras siendo un pedacito de mi corazón, siempre te decia mi titi linda....

Eras todo bueno, simpática y siempre haciendo reir y bromeando con los demás, aunque no los conocieras.

Porqué la vida se lleva las mejores personas? y tan rápido... aun te quedaba mucha vida... eras muy joven...Titi!!!! donde quieres que este TEEE QUIERROOO!!

jueves, 10 de marzo de 2011

Buscando mi destino...


En los tiempos que estamos sólo me queda tener esperanza, ilusión, deseos, motivación, ganas y lo mas importante tener suerte...



domingo, 6 de marzo de 2011

Inma Serrano - Voy a ser sincera

Dos duendes y dos deseos


Hubo una vez, hace mucho, muchísimo tiempo, tanto que ni siquiera el existían el día y la noche, y en la tierra sólo vivían criaturas mágicas y extrañas, dos pequeños duendes que soñaban con saltar tan alto, que pudieran llegar a atrapar las nubes.

Un día, la Gran Hada de los Cielos los descubrió saltando una y otra vez, en un juego inútil y divertido a la vez, tratando de atrapar unas ligeras nubes que pasaban a gran velocidad. Tanto le divirtió aquel juego, y tanto se rio, que decidió regalar un don mágico a cada uno.

- ¿Qué es lo que más desearías en la vida? Sólo una cosa, no puedo darte más - preguntó al que parecía más inquieto.

El duende, emocionado por hablar con una de las Grandes Hadas, y ansioso por recibir su deseo, respondió al momento.

- ¡Saltar! ¡Quiero saltar por encima de las montañas! ¡Por encima de las nubes y el viento, y más allá del sol!

- ¿Seguro? - dijo el hada - ¿No quieres ninguna otra cosa?

El duendecillo, impaciente, contó los años que había pasado soñando con aquel don, y aseguró que nada podría hacerle más feliz. El Hada, convencida, sopló sobre el duende y, al instante, éste saltó tan alto que en unos momentos atravesó las nubes, luego siguió hacia el sol, y finalmente dejaron de verlo camino de las estrellas.

El Hada, entoces, se dirigió al otro duende.

- ¿Y tú?, ¿qué es lo que más quieres?

El segundo duende, de aspecto algo más tranquilo que el primero, se quedó pensativo. Se rascó la barbilla, se estiró las orejas, miró al cielo, miró al suelo, volvió a mirar al cielo, se tapó los ojos, se acercó una mano a la oreja, volvió a mirar al suelo, puso un gesto triste, y finalmente respondió:

- Quiero poder atrapar cualquier cosa, sobre todo para sujetar a mi amigo. Se va a matar del golpe cuando caiga.

En ese momento, comenzaron a oír un ruido, como un gritito en la lejanía, que se fue acercando y acercando, sonando cada vez más alto, hasta que pudieron distinguir claramente la cara horrorizada del primer duende ante lo que iba a ser el tortazo más grande de la historia. Pero el hada sopló sobre el segundo duende, y éste pudo atraparlo y salvarle la vida.

Con el corazón casi fuera del pecho y los ojos llenos de lágrimas, el primer duende lamentó haber sido tan impulsivo, y abrazó a su buen amigo, quien por haber pensado un poco antes de pedir su propio deseo, se vio obligado a malgastarlo con él. Y agradecido por su generosidad, el duende saltarín se ofreció a intercambiar los dones, guardando para sí el inútil don de atrapar duendes, y cediendo a su compañero la habilidad de saltar sobre las nubes. Pero el segundo duende, que sabía cuánto deseaba su amigo aquel don, decidió que lo compartirían por turnos. Así, sucesivamente, uno saltaría y el otro tendría que atraparlo, y ambos serían igual de felices.

El hada, conmovida por el compañerismo y la amistad de los dos duendes, regaló a cada uno los más bellos objetos que decoraban sus cielos: el sol y la luna. Desde entonces, el duende que recibió el sol salta feliz cada mañana, luciendo ante el mundo su regalo. Y cuando tras todo un día cae a tierra, su amigo evita el golpe, y se prepara para dar su salto, en el que mostrará orgulloso la luz de la luna durante toda la noche.


Fuente: Cuentos para dormir

jueves, 3 de marzo de 2011

Si Te Marchas, Merche (Acordes de mi diario)





Ohohoh, Ohohoh, Ohh!
Cerraré las puertas si te marchas
no me pidas comprensión
Busca lo que te hace tanta falta
no lo debo tener yo
He sido tu amiga, compañera y tu amante de ocasión
y ahora me confiesas que quisieras
encontrar un buen amor
Solo me usaste y yo te lo di todo
pues ve sabiendo que...

Si te marchas, no me llames cuando
estés perdido
Si te marchas, no te olvides borrar
mi camino
Si te marchas, nada de repartir
los amigos
Si te marchas, ya jamás tengo
nada contigo.

Ohohoh, Ohohoh, Ohh!
Y visto lo visto no me amaste
solo fui tu distracción
Con la boca abierta me dejaste
al oirlo de tu voz
¿Cómo me engañas así de este modo?
Pues ve sabiendo que...

Si te marchas, no me llames cuando
estés perdido
Si te marchas, no te olvides borrar
mi camino
Si te marchas, nada de repartir
los amigos
Si te marchas, ya jamás tengo
nada contigo.